
En San Martín, el nombre de Claudio Tapia es mala palabra. Desde que el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) anuló el torneo de Primera Nacional que tenía a los tucumanos como líderes, poco a poco la conducción del yerno de Hugo Moyano se fue deteriorando al punto de que empezaron a tirarle tarascones aquellos dirigentes a los que les dio de comer, casi, en la boca. Con los reclamos de los clubes y los desmanejos de «Chiqui» en aumento, desde la Casa Rosada tomaron nota y, todo parece indicar que, entre el presidente Alberto Fernández y Marcelo Tinelli tienen pensado devolver a Tapia desde donde vino: a la basura. Y aunque todavía siga aferrado al sillón de Grondona, son muchos los dirigentes que se postulan para la sucesión y, entre ellos, crece el nombre de Mario Leito, presidente de Atlético, diputado nacional y vicepresidente 3° de la Liga Profesional de Fútbol.
A pesar de que Tapia se compró a muchos clubes con su decisión de suspender los descensos y beneficiar a muchos con clasificaciones a las copas internacionales y segundas chances de ascenso, también se ganó enemigos de su círculo de, hasta hace poco, escuderos.
Ocurre que Daniel Ferreiro, muy cercano al presidente Fernández, le soltó la mano a Tapia y denunció ante la Inspección General de Justicia (IGJ) la asamblea que, casi un año y medio, le renovó el mandato a «Chiqui» hasta 2025.
Ferreiro es vicepresidente de Nueva Chicago y uno de los armadores peronistas que allanó la llegada de Tapia a la AFA, después del escandaloso 38-38. Ya posicionado en la vereda contraria, su pedido ante la Justicia podría terminar en un nuevo llamado a elecciones.
Otro que ya lo mira de reojo es Pablo Toviggino, clave para juntar los votos de los clubes del interior junto a Guillermo Raed. Los dos santiagueños preferirían acompañar las decisiones de la Rosada antes que seguir apuntalando a «Chiqui».
Tanto Clarín como La Nación mencionaron en la carrera sucesoria a Tinelli, a Rodolfo D’Onofrio (presidente de River), a Nicolás Russo (presidente de Lanús y hombre de Sergio Massa), a Eduardo Spinoza (de Banfield, cercano a Tinelli y a Massa) y al propio Leito, que cuenta con el apoyo de los clubes del interior de Primera.
Tapia hasta sus máximos allegados le soltaron la mano y son muchos los que quieren quedarse con la conducción del fútbol argentino. Todo hace pensar que el todavía presidente de AFA hará lo imposible para «atornillarse» en el cargo, pero todo dependerá de su cintura política.
Fuente: LA GACETA