Un hombre que pertenecía a la banda narco de Esteban Alvarado, preso en la cárcel de Piñero, en Rosario, fue asesinado por dos sicarios en el sudoeste de la ciudad. Tres personas que testimoniaron en contra de este narco sufrieron ataques a balazos.
Marcelo Ocampo, quien se encontraba en prisión domiciliaria, fue ejecutado por dos hombres en moto cuando se encontraba dentro un vehículo en la zona de Ocampo al 6600, en el barrio Urquiza. Como consecuencia del ataque, hay un menor que también resultó herido y que fue trasladado para su atención.
Fino, como apodaban a Ocampo, fue considerado por los investigadores judiciales como la mano derecha de Alvarado. Pero luego de que avanzara la investigación por el crimen del prestamista Lucio Maldonado, que fue secuestrado y ejecutado por esta organización, declaró contra su jefe al acordar una condena en un juicio abreviado. Esta postura derivó en que fuera blanco de un ataque a balazos, como también lo fueron otras dos personas cercanas a la banda.
El fiscal Matías Edery, que investiga a este clan narcocriminal liderado por Alvarado, afirmó que Ocampo “era un condenado, un miembro de asociación ilícita. El año pasado cumplió parte de la condena y salió en libertad condicional. Cuando salió atacaron su casa, por eso tenía custodia”. Fue ejecutado pese a la protección policial.
En la investigación contra el clan Alvarado a Ocampo le atribuyeron haber planeado y llevado adelante un ataque contra una casa en pleno centro de Rosario, en Rioja al 500, donde vive una contadora del Ministerio Público de la Acusación que estaba investigando las actividades de lavado de dinero de la organización.
Ariel “Guille” Cantero y Esteban Alvarado son los principales gerentes del narcotráfico en Rosario. Ambos estarán presos por décadas. El líder de Los Monos carga sobre su espalda con 62 años de condena en seis juicios y ahora se sumó otro, acusado de siete ataques contra funcionarios judiciales, en el que la fiscalía pidió 24 años de prisión.
Alvarado, preso en la cárcel de Piñero, también pasará muchos años en la sombra de la prisión, tras el pedido de prisión perpetua por el secuestro y crimen del prestamista Luciano Maldonado.
En veredas separadas y enfrentados, ambos trataron durante la última década de tener la hegemonía del negocio de la droga en Rosario. Ninguno logró su objetivo, a pesar de que ambos contaron con la complicidad de sectores de la policía y otros entramados ligados a la política.
Desde siempre la muerte sirvió para tratar de “ordenar” la compleja geografía narco de Rosario, un rasgo que diferenció a esta ciudad, con una cantidad de crímenes que triplicó y duplicó la media nacional de homicidios en los últimos años.
Balas contra niños
Este nuevo hecho de violencia se produjo después de varios episodios en los que menores de edad fueron víctimas de las balas.
El pasado jueves dos chicos de uno y ocho años fueron baleados junto a su madre embarazada. El violento episodio ocurrió alrededor de las 19.30, en Arévalo al 6100, cuando varias personas estaban sentadas en la puerta de una vivienda.
Fuentes policiales señalaron que en el lugar aparecieron cuatro jóvenes con sus rostros cubiertos en dos motos y sin decir una palabra empezaron a disparar. El retumbar de los disparos hizo que algunas de las personas intentaran buscar refugio.
Producto de la balacera, una joven de 27 años, que cursa el tercer mes de embarazo, fue alcanzada por una bala en el muslo, mientras que sus dos hijos, de uno y ocho años, fueron baleados en las piernas.
Por: Germán de los Santos Fuente: LA NACION
