Algo huele mal en Tucson
No advierten la gravedad?
¿No se han dado cuenta de las consecuencias?
DESPIERTEN!!!
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– Papá!. Ese señor que estaba con vos…¡olía a caca!
– ¡Cómo vas a decir eso hijo!… Debe ser el olor de su perfume… Tamoco me agrada, pero no por eso voy a dejar de estar con él. En mi caso… yo… no me lo pondría.
– Pero .. es que el que dijo que había sido su jefe, que me hiciste saludar los otros días, olía parecido, pero mucho peor…
– ¡Basta hijo! No son de lo mejor, pero son buena gente… ayudan y dan trabajo a muchos. Es más, yo… que apenas lo conocía a él, por un amigo, me nombró en el cargo en el que estoy … y hay que ser agradecido.
– Con quién pá…. ¿con tu amigo?… o con él…»
– Con los dos.
Un buen tiempo después…
– Papá… ¿te acuerdas del que te dije que olía a caca?
– ¡Sí hijo! … ¿pasó algo?
– Sí. Un señor que trabaja en el mismo lugar que él descubrió que no era su perfume. Dijo que tenía caca en la ropa. Que tomó unas muestras mientras estaba sentado con él y las metió en un frasco.
– ¡Está loco ese tipo! ¡cómo va a hacer eso! ¡es indigno! ¡ya el supremo le dará su escarmiento!
– Cuál, papá… ¿el que huele peor?… seguro que tiene más caca… por eso huele peor… Si a este ya le descubrieron… calcuĺá..
– ¡Basta, hijo!. Es fácil… muy fácil criticar… sólo porque no son de la misma condición. Son buen gente… punto. Ya los irás conociendo y descubriendo.
Para no violentarlos, he dejado de usar mis perfumes importados, porque veo que cuando lo hago, no me invitan a las reuniones de trabajo ni a las comidas. Ellos saben que los critican por su perfume, pero esos que los critican lo hacen por lo bajo. ¡Bien que cuando están con ellos les sonríen y no tienen problemas en abrazarlos y hasta en salir en las fotos!… Y ellos lo saben, pero también disfrutan de poder estar en su territorio.
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– ¡Hijo!
– ¿Sí, papá?
– ¿Querés ganarte unos mangos?
– Y… sí… ¿quién no? ¿Qué necesitás?
– Necesito que me hagas 3 facturas distintas… pedile a 2 amigos más… de 20.000 c/u. Y cada uno se gana $2.000.- ¿te animás?…Nada ilegal… Facturar por «servicios prestados el día 17/7/20…
Total… ustedes son monotributistas… les servirá para pagar el mensual… ¿Qué decís?
– Sí, papá. ¡De una!…ya te consigo.
– Gracias hijo. No sabría a quién pedirle algo así. Mi jefe las necesita… Pero… ¡ojo!: ¡Yo no veo ni un mango! ¿Entendés?
– Sí, papá. No soy tonto. Entiendo. Dile que cuando quiera, cuente conmigo…
– ¡Ése es mi hijo… sabía que no me defraudarías…
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– Hola, pá!…
– Hola, hijo. ¿De dónde venís?
– De hacer unas compras en el centro. ¡Me compré un iPhone!»
– ¡Qué bueno! Parece que te está yendo bien en el negocio…. Ché… ¿te compraste perfume nuevo?
– No. ¿Por?
– Es que huelo algo raro. A ver, acercate… mmm… sí, olor raro. No es a caca… ja ja… no te aflijas… pero es como a azufre…
– Debe ser de tu jefe… me dio un abrazo…
– ¿Estuviste con él? ¡Cuándo!…
– Ayer… y hoy… hace un rato. Me pidió otras facturas. No te iba a hacer quedar mal. Le dije que no había problemas. Pero tuve que buscar 10 amigos… y eran por 50 lucas cada una… Nada irregular… según me dijo. Que ya había hablado con vos antes…
– «Este….sí… habló conmigo… le dije que te preguntaría…
– ¿Algún problema, papá?
– No, hijo… ninguno. Muchas gracias.
– Viejo. Ahora que estoy más tiempo con vos y con él, no huele tan mal el perfume. Es como que te vas acostumbrando. Hasta te diría que huele como a cuando hay muchos billetes… o olor a antro con humo de cigarrillos … a sexo… Rancio… pero que genera adrenalina…
– ¿Viste? Te dije que no era malo… era cuestión de no preguntar tanto… te ibas a acostumbrar algún día. Ahora, podrás disfrutar más las cosas y dejar se criticar. Que huelas bien no te da felicidad ni tranquilidad. Lo aprendí con los años. Mis abuelos y mis padres olían siempre bien. Usaban colonia… no perfumes. Pero curiosamente, todos olían distinto, y eso a veces incomodaba.
En cambio, cuando todos huelen igual, uno se siente más cómodo…
– ¡Ah, papá!. Leí que el que tomó las muestras de tu jefe, las llevó a la prensa. Parece que habrá escándalo…
– ¿Qué?… Yo sabía que ese se la daba de perfumadito… ¡Semejante montón de caca!
– ¡Eh, papá!. Si es un montón de caca, es igual a tu jefe entonces…. Los 2 tienen caca…
– ¡No, señor! Mi jefe usa un perfume que tiene ese olor… no hay pruebas que tenga caca. En cambio ese siempre tuvo caca, aunque no oliera…
– Pero…¡papá!. Si tiene caca huele a caca… sino, es imposible… porque no usa ese perfume…
– ¡Mirá hijo. Te lo digo directo!. Todos los que entraron huelen a caca, salvo que digan que no. Y tienen que demostrarlo. Si llegan a oler bien… ¡cagaron! Más vale que no huelan a nada… porque apenas huelan aunque sea a ambreé… ¡fueron!.
Desde ese día… por las noches… de vez en cuando… de cuando en vez… cuando sopla viento…Tucson huele a rancio… a azufre … a caca…
Ya lo dijo Elvino Jerez Sogtulakk en aquella entrevista en «Los Segundos»:
– «Algo huele mal en Dinamarca, decía Shakespeare…»
Damián J. Paz
